Una historia para fomentar el carácter emprendedor de tu hijo. De padres educadores, niños emprendedores. Una visión sobre cómo enseñar a los niños a emprender de manera responsable. Sobre padres que retoman su labor y responsabilidad educativa.
Un cambio de mentalidad social hacia el hecho de ser emprendedor y conducir tu propio futuro debe ser aprendido e interiorizado por los “nuevos ciudadanos” desde la infancia y adolescencia. Es imprescindible para cambiar el futuro de nuestro país, el incidir en la figura positiva del emprendedor desde las primeras etapas educativas del individuo y evitar así que el propio sistema se encargue de formar a los niños a imagen y semejanza del sistema antiguo para fomentar así el cambio real.
Propuesta de Valor
Lo que planteamos es cambiar la actitud y percepción de la sociedad sobre el “emprendedurismo” desde la niñez.
Lo que proponemos es que nuestros niños tengan la oportunidad de conocer en primera persona la opción de ser emprendedor, de crear empresa, de dirigir proyectos profesionales. En definitiva, de crear su propio chiringuito.
El Chiringuito de Martín quiere ser un proyecto divulgativo y formativo sobre qué es ser empresario y cómo llegar a serlo desde la propia familia y desde los mismos padres y formadores.

Recuerdo mi infancia como una infancia feliz.
Mis padres, emigrantes españoles del siglo pasado, nos inculcaron el trabajo como valor y el ahorro como virtud. Pero sobre todo nos inculcaron optimismo y convicción.
Mi madre y la creatividad
Cocinar comidas suculentas con escasísimos ingredientes. Construir o imaginar juguetes imposibles donde sólo había ilusión…esas cosas que hacen las madres…ya sabéis. En definitiva iluminar cada día.
Recuerdo mi infancia como una infancia feliz…
Mi padre, la parte más práctica, el optimista. Nos inculcó pelear por nuestro destino y no bajar nunca los brazos ante la adversidad.
Ambos son ejemplos para mi hermano y para mi.
Siempre tuvieron una máxima: educarnos a los 2 en igualdad de oportunidades. Nunca nos regalaron nada si no fue por mérito y esfuerzo: sacar mejores notas, ayudar siempre en casa, hacer tareas de ayuda, etc… Desde pequeños supimos qué teníamos que hacer para ganar nuestro propio dinero.
Mis padres también nos enseñaron más cosas muy importantes como la independencia, la responsabilidad, dejar atrás el miedo a equivocarnos, el aprender rápidamente de los errores, caer y volvernos a levantar y algo tan importante como el amor a uno mismo, el amor a los demás y la solidaridad.